El sifón de espumas es uno de los utensilios estrella en toda cocina moderna que se precie, ¡y mucho más fácil de usar de lo que imaginas!
El sifón de cocina o sifón de nata, es un aparato de cocina que sirve para convertir cualquier líquido que metamos en su interior en mousse. No es necesario añadir huevos, nata, azúcar o harina para obtener una espuma consistente, por lo que se pueden elaborar platos sin necesidad de alterar su sabor original, y mantener las calorías al mínimo.
Funciona con cápsulas de dióxido de nitrógeno (NO2), actuando como si de un bote de spray de nata se tratara. Normalmente, las recargas para el sifón suelen ser universales por lo que no es necesario que la marca de las recargas sea necesariamente la misma que la de tu sifón. (Encuéntralas en la web de Muideco).
De hecho, si introducimos nata líquida en un sifón y le añadimos una recarga de NO2 nos dará el mismo resultado: nata montada; de ahí que también se le conozca como montador de nata y cremas.
El sifón es un invento de Ferrán Adriá, quien lo patentó en 1994 y desde entonces se comercializa en todo el mundo.
¿Qué hacer en un sifón?
Puedes preparar mousses, cremas, salsas, bebidas y cócteles sofisticados de forma muy fácil.
¿Cómo funciona un sifón de cocina?
1-Es el depósito donde va el líquido. Suele llevar grabada una marca que indica hasta dónde tiene que llegar el líquido, ya que tiene que haber espacio suficiente para que quepa el gas ,si no se saldría por todos lados y puede ser peligroso. Sobretodo, ¡¡no llenar mas de la marca!!.
2-Ahora tenemos el cabezal,que se enrosca en el tubo y que contiene la boquilla por donde saldrá la espuma. Con el sifón vienen diferentes tipos de boquillas que se enroscan en el cabezal, dependiendo de la forma que queramos que tenga la espuma. También viene incluido un cepillito para limpiarlas.
3-Aquí dentro va la carga de gas. Se desenrosca, se llena con la cápsula y se vuelve a enroscar para que suelte el gas dentro del sifón, oiremos un SHHHHH... cuando cese el ruido significará que el gas ya está dentro, y lo podemos desenroscar tranquilamente. (NUNCA dejar una carga dentro, se oxidan y se pueden quedar incrustadas).
Una vez usada la espuma, hay que vaciar bien el sifón, boca abajo y agitando de vez en cuando, hasta que salga toda la espuma restante y todo el gas. Hay que asegurarnos bien, no podemos abrirlo lleno o nos podría explotar. Lo vaciamos bien y ya podemos desenroscar la cabeza del tubo, limpiarlo bien, y volver a usar cuando queramos.
¿Te animas a echar un vistazo al catálogo de Muideco ahora que te has convertido en todo un especialista en sifones de nata?
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